Tiempo de lectura: 2 minutos 30 segundos
Hace una semana llegaba a Roma. Cenaba pizza (mi comida favorita) en uno de los países que más me apasionan; y comía pasta carbonara y caccio e pepe. Creaba recuerdos inolvidables con personas fantásticas. Caminé por las calles adoquinadas de la ciudad eterna. Y comí helados. Muchos. De pistacho, de cannolo siciliano, de chocolate.
Hice lo mismo de siempre. Lo mismo que el resto de viajeros, pero a mi manera. Aburriéndome, como os contaba en la anterior carta. El tiempo de uso de mi móvil bajó en un 50% durante ese fin de semana (aunque la siguiente foto no lo represente):
Si tuviéramos que representar a la humanidad de hoy en día, muy probablemente sería en esta postura corporal: sentados, cabeza hacia abajo y en la mano, un aparato electrónico.
Viajar sin estar atados al móvil tiene beneficios neurológicos tangibles: mejora la memoria, reduce el estrés, aumenta la felicidad y fortalece la plasticidad cerebral (es decir, la capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones neuronales).
¿Y qué es la plasticidad cerebral? Es la capacidad del cerebro para cambiar, adaptarse y reorganizarse a lo largo de la vida en respuesta a nuevas experiencias, aprendizajes o daños. También se conoce como neuroplasticidad y es fundamental para el desarrollo cognitivo, la recuperación de lesiones cerebrales y la mejora de habilidades.
Al viajar y experimentar nuevas culturas, el cerebro se adapta a entornos desconocidos, mejorando la memoria y la creatividad, es decir, fortaleciendo nuestra plasticidad cerebral.
Por el contrario, si viajamos pegaditos a nuestros teléfonos móviles, dando espacio a esas notificaciones que no parar de saltar, nuestra atención y concentración acabarán reduciéndose. Y no solo eso, sino que la memoria se verá dañada y nuestra capacidad de retención se reducirá también.
Haz una prueba. Realiza una actividad sin móviles cerca, únicamente tú y la actividad. Ve a un museo, da un paseo, toma un café contigo mism@, sin móvil ni notificaciones. Tu hipocampo (una parte de tu cerebro muy importante, relacionado con los procesos de memoria y de producción y regulación de estados emocionales) se ejercitará. Sin embargo, si no nos separamos de nuestros móviles, no lo hará.
Por supuesto, dormir bien ayuda a consolidar la memoria
Aprovecho para dar voz al próximo taller online que imparto junto con Diego Acedo (periodista y coach integral) sobre salud digital: “Menos pantallas, más vida”. Será el domingo 30 de marzo, de 11h a 13h. Si quieres más información, puedes escribirme. ¡Plazas limitadas!
Si leer esta carta te ha dado ganas de viajar a Roma, comparto contigo el contacto de una guía fantástica: Linda
Y también un bed&breakfast muy recomendable (donde me alojé yo), está reformado y cerca del Vaticano: Relais Incantesimo Vaticano.
Y una heladería, Gelateria del Teatro. Hay varias por Roma, buenísima.
¡Hasta pronto!
Ana
Vaya Ana, seguramente estuvimos en Roma el mismo fin de semana. En mi caso, fui con dos sobrinos adolescentes, hiperconectados al móvil, que me hizo recordad como de desconectados viajábamos cuando éramos pequeños y el aburrimiento que me generaba algunas de las actividades turísticas que entusiasmaban a nuestros padres porque entonces no lo podíamos o sabíamos apreciar.